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jueves, 19 de abril de 2012

Objeto y sujeto de métodos de la Investigación Acción Participativa (I.A.P.)

Objeto y sujeto de métodos de la Investigación Acción Participativa (I.A.P.)

  1. Introducción
  2. Investigación-acción participativa
  3. Concepto
  4. Presupuestos epistémicos
  5. Aspectos metodológicos
  6. Conclusión
  7. Bibliografía

Introducción

La Investigación Acción Participativa, también llamada I. A. P. es un método de estudio y acción de tipo cualitativo que busca obtener resultados fiables y útiles para mejorar situaciones colectivas, basando la investigación en la participación de los propios colectivos a investigar.
Mediante el estudio de este tema estaremos estudiando acerca del objeto, y el sujeto en el contexto de este método de estudio, este tema ha sido elaborado con mucha dedicación, ya que se trata de un tema muy importante en el ámbito social, científico y en todas las áreas importantes de la vida humana.

Investigación-acción participativa

La Investigación-Acción Participativa o IAP es un método de estudio y acción de tipo cualitativo que busca obtener resultados fiables y útiles para mejorar situaciones colectivas, basando la investigación en la participación de los propios colectivos a investigar.
Se trata de que los grupos de población o colectivos a investigar pasen de ser “objeto” de estudio a “sujeto” protagonista de la investigación, controlando e interactuando a lo largo del proceso investigador (diseño, fases, evolución, acciones, propuestas,...), y necesitando una implicación y convivencia del personal técnico investigador en la comunidad a estudiar.
Hay la manera tradicional de investigar científicamente, en la cual una persona capacitada o grupo capacitado (sujeto de la investigación), aborda un aspecto de la realidad (objeto de la investigación), ya sea para comprobar experimentalmente una (s) hipótesis (investigación experimental), o para describirla (investigación descriptiva), o para explorarla (investigación exploratoria). Generalmente, en este tipo de investigación, la comunidad en la que se hace la investigación, o para cual se hace, no tiene ingerencia en el proceso, ni en los resultados; ella, solo puede llegar a conocer las conclusiones, sin quitar los valores que tiene.
En este siglo, y más, en estas últimas décadas, sin perder el carácter de cientificidad, han nacido otros enfoques de investigación científica, buscando mayor participación y apropiación del proceso y de los resultados por parte de la comunidad involucrada. En estos nuevos enfoques se ubica la Investigación - Acción - Participación (IAP).  IAP es la sigla de: Investigación - Acción - Participación. 
Es un enfoque investigativo y una metodología de investigación, aplicada a estudios sobre realidades humanas.  Como enfoque se refiere a una orientación teórica (filosofía, marco teórico) en torno a cómo investigar.
Como metodología hace referencia a procedimientos específicos para llevar adelante una investigación - estudio científico diferente a la investigación tradicional; es una manera concreta de llevar adelante los pasos de la investigación científica de acuerdo con su enfoque.
La novedad puede ubicarse en el sentido e implicación de las dos palabras que acompañan la primera (investigación): Acción - Participación. No es solo investigación, ni solo investigación participativa, ni solo investigación - Acción; implica la presencia real, concreta y en interrelación de la Investigación, de la Acción, y de la Participación.  Para poder generar procesos de cambio, es necesario que conozcamos la realidad del territorio en donde queremos intervenir. Una forma de hacerlo es a través de la Investigación acción participativa.
La investigación acción participativa es una metodología que apunta a la producción de un conocimiento propositivo y transformador, mediante u n proceso de debate, reflexión y construcción colectiva de saberes entre los diferentes actores de un territorio con el fin de lograr la transformación social.
Esta metodología combina dos procesos, el de conocer y el de actuar, implicando en ambos a la población cuya realidad se aborda.  Es un proceso que combina la teoría y la praxis, y que posibilita el aprendizaje, la toma de conciencia crítica de la población sobre su realidad, su empoderamiento, el refuerzo y ampliación de sus redes sociales, su movilización colectiva y su acción transformadora. La IAP, por tanto, no rechaza el papel del especialista pero sí plantea el para qué y el para quién de la investigación como primer problema a resolver
En una IAP hablamos de objetivar la realidad en una dinámica de Investigación que surge y se desarrolla como proceso en la complementariedad permanente de distintos saberes –el saber técnico, el saber cotidiano-. En este sentido, podríamos referirnos a una construcción Dialéctica del saber que parte de considerar al objeto a investigar como sujeto (protagonista de la investigación) y a la finalidad de la investigación como transformación social. Este tipo de construcción, enmarcada en un proceso de investigación colectivo, genera como síntesis dinámica un nuevo conocimiento científico sobre una situación problemática determinada.

Concepto

La IAP aparecería entonces como un tipo de investigación-acción que, incorporando los presupuestos de la epistemología crítica, organiza el análisis y la intervención como una pedagogía constructiva de disolución de los privilegios del proceso de investigación como punto de partida para un cambio social de alcance indeterminable. Esa búsqueda del conocimiento se caracteriza por ser colectiva, por proporcionar resultados cuya utilización y gobierno corresponde a los propios implicados, que deben haber determinado el proceso de conocimiento a la vez que experimentado en el mismo un proceso de maduración colectiva (De Miguel, 1993, 97-101). Por otra parte, y esta cuestión es central, los iniciadores de la IAP se previenen contra su propio poder concibiéndose "como participantes y aprendices en el proceso, aportando sus conocimientos y convirtiéndose también en objeto de análisis" (IOE, 1993: 69). Los investigadores entran así en un proceso en que la objetivación de sí mismos, en una suerte de inagotable sociología del conocimiento, se convierte en testigo de la calidad emancipatoria de su actuación (Rahman, 1991: 34).
EL SUJETO DE LA IAP COMO “SUJETO EN PROCESO”
En los próximos apartados vamos a detenernos en cuatro momentos o dimensiones centrales de la IAP, que frecuentemente plantean problemas de aplicación: la articulación del sujeto colectivo, la definición del objeto, los procedimientos o técnicas adecuadas de trabajo y la evaluación. A primera vista estos asuntos se pueden entender como etapas sucesivas de una intervención, pero ello es en parte engañoso: aunque el sujeto y el objeto de un proceso de IAP se constituyen principalmente en las primeras etapas, se mantienen después en continua evolución, dando lugar a nuevas articulaciones; del mismo modo, los procedimientos prácticos de la IAP son instrumentos de los que se echa mano en cualquier momento y la evaluación no se corresponde con las etapas avanzadas del programa sino que debe estar presente en todo el recorrido44.
El primer paso que se plantea en la IAP es delimitar quiénes son las personas e instituciones que van a tomar parte activa en los procesos de reflexión y en la toma de decisiones. El criterio es claro: el sujeto principal deben ser las personas afectadas por los problemas a abordar pero sin que éstas queden desgajadas o aisladas de las redes económicas, políticas y culturales que están en el origen de sus problemas (y sobre las que es preciso intervenir). Se quiere evitar el sesgo profesionalista, que limita la competencia a los "técnicos", pero también el sesgo basista, que hace de “la base” el único criterio de validación y tiende a demonizar las aportaciones técnicas y las necesarias mediaciones organizativas.
La propuesta de iniciar un proceso de IAP puede provenir de cualquiera de los agentes implicados, ya sea de la población carencial, de los profesionales y voluntarios de la política social o de cualquier otra entidad. La dificultad estriba en extender la demanda hasta llegar a constituir un sujeto colectivo lo más amplio y representativo posible, donde los afectados por los problemas tengan el mayor protagonismo. Más que de un sujeto perfectamente definido desde el principio, se trata de un sujeto en proceso que se transforma y refuerza a medida que avanza la IAP o, al menos, ése es uno de sus objetivos estratégicos.
En sus primeras fases de desarrollo este "sujeto en proceso" tiene como eje principal a un Grupo Promotor o coordinador (GP) quien, mediante asambleas periódicas de carácter abierto, se encarga de animar, diseñar y evaluar las tareas que se realizan. El GP está integrado principalmente por personas del colectivo afectado y también pueden formar parte de él profesionales y voluntarios deseosos de participar a ese nivel de máxima implicación. En torno al GP se debe aglutinar la mayoría posible de la población afectada, que puede presentar diversos grados de participación, incluyendo la indiferencia, la pasividad y hasta la oposición activa al proyecto; además, están las instituciones públicas y privadas del contexto social donde se inscribe la IAP, así como los técnicos y demás personas de quienes se puede requerir una colaboración específica. Si recordamos la forma piramidal y jerarquizada que suele adoptar la relación entre los agentes en los programas habituales de política social45, la composición del grupo promotor podría parecerse a una esfera escorada hacia la base de la pirámide, con la superficie porosa para asegurar la transparencia hacia el exterior, y donde todos los participantes gozan de un estatuto de igualdad

Presupuestos epistémicos

En lo que sigue intentaremos delinear los supuestos epistemológicos que nutren la investigación-acción participativa desde determinados radicales básicos.
RELACIÓN SUJETO-OBJETO
La IAP reniega de la separación sujeto-objeto tal como ha sido planteada en la teoría tradicional del conocimiento por razones tanto epistémicas como ético-políticas.
Respecto a lo primero la mayoría de los teóricos rubrican, sin duda, con la reciente filosofía de la ciencia, la tesis de que la conciencia del investigador forma parte del sistema experimental, y, con Sartre (1960: 46-50),  que la conciencia únicamente puede adquirir nuevas perspectivas si es capaz de embarcarse en una praxis diferente.
Una realidad social de opresión no sólo es imposible de captar desde una objetividad pura, sino que el proceso de aprehensión de la misma se desarrollará en una u otra dirección en función de la práctica social en que la conciencia se encabalga confirmándola y/o transformándola.
Es imposible, por ejemplo, desvelar el carácter alienante de la educación tradicional sin embarcarse en una práctica alternativa que pruebe la posibilidad de otros procesos de aprendizaje por el camino en que se transforma el anterior.
TOMA DE CONCIENCIA
Toda teoría de la concientización se apoya, de algún modo, en una teoría marxista de la ideología y, por tanto, en la posibilidad de configurar una representación del mundo verdadera frente a otra falsificada. La mayoría de los teóricos de la investigación remiten a la teoría de los intereses del conocimiento establecida por Jürgen Habermas. Para el autor de Conocimiento e interés existen un tipo de ciencias dirigidas por un interés de emancipación. Mientras las ciencias empírico-analíticas construyen el mundo como unidad legaliforme desde el que organizar su sometimiento y las ciencias histórico-hermenéuticas como un espacio simbólicamente dotado de sentido dialógicamente asimilable, las ciencias sociales críticas median ambos paradigmas mediante la utilización de la autorreflexión.
Por un lado, conciben la existencia de determinaciones sociales que actúan con fuerza de ley, por otro, sitúan en las condiciones iniciales que hacen posibles semejantes regularidades la conciencia oscurecida como el conductor fundamental del determinismo.
Al establecer las condiciones iniciales de las leyes sociales como espacio de coacción inconsciente, Habermas sitúa la autorreflexión sobre lo que nos constituye como previo necesario de un cambio social, que aún puede abortarse por el miedo derivado de la amenaza directa de violencia.
Este interés autorreflexivo puede ser interpretado como una nueva rehabilitación del sueño hegeliano y lukacsiano de un lugar epistemológico absoluto como guía para la IAP. Semejante peligro ha sido eliminado por alguno de sus más capaces defensores por el énfasis, no en el sueño de una transparencia completa, sino en el valor formativo de un proceso autorreflexivo inacabable: "encontrar la belleza de la artesanía popular en la construcción participada en las ciencias sociales.
.                                                 PARTICIPACIÓN
La participación ha sido propuesta por teóricos de las ciencias humanas como mecanismo de prevención y difuminación de los conflictos sociales. Desde la psicología "humanista" de los 50 a la nueva empresa toyotista, la participación consiste en la incorporación activa de los implicados a un proyecto cuya dirección estratégica se encuentra definida de antemano.
Desde la IAP se considera esto un simulacro de la verdadera participación (Gianoten, de Wit, 1991: 95). La participación no puede confundirse con una simple preocupación por encontrar el apoyo reflexivo de los implicados para los objetivos de conocimiento e intervención delineados por un dispositivo exterior a ellos.
 La IAP tiene cuidado de diferenciarse de todas aquellas llamadas a la participación basadas en la asimilación acrítica de un marco global de partida con el que se propone compromiso.
La participación que reclama la IAP no es simple movilización, sino recapitulación sobre el conjunto de procesos que condicionan la vida social de un colectivo determinado con el objetivo de acometer una eventual modificación de los mismos.
Por supuesto, esto supone una específica relación entre los dirigentes y los dirigidos. En la IAP los dirigentes tienen (a la manera del Estado revolucionario según Lenin) como primer objetivo su desaparición, por lo que cada una de las fases -como veremos a continuación- no culmina sin que se haya avanzado en la capacidad de autogestión de los colectivos sociales implicados.
En la IAP, la acción transforma al "enseñante" en facilitador y catalizador. Con el último concepto se refiere a la inteligencia para provocar una reacción reflexiva en la comunidad que se estudia, con el primero a la necesidad de ir proporcionando elementos de reflexión y análisis a los implicados sin prefigurar totalitariamente los problemas de reflexión o los objetivos de acción que los mismos elijan (Rahman, 1991: 27-28).
La concepción de la participación en la IAP debe evitar tanto el peligro elitista como la apuesta por un diálogo oscurecido ante las desigualdades reales de los sujetos que entran en comunicación. Frente al sueño vanguardista o el libertario-liberal, la IAP propone establecerse en el espacio abierto por una contradicción sólo clausurable tendencial y temporalmente.
REDESCUBRIMIENTO DEL SABER POPULAR
La existencia de una diferencia entre los lugares de extracción de conocimiento y los de su utilización demuestra cómo las ciencias sociales se entreveran en prácticas de opresión. Las exigencias de una reapropiación del conocimiento derivan de la vocación participacionista de la IAP. Sin embargo, las llamadas a la rehabilitación del saber popular no tienen sólo el sentido de proporcionar a los grupos sociales dominados capacidad para conocer las claves que rigen sus vidas. Los defensores de la IAP buscan el desarrollo y la potenciación de los saberes que configuran la vida cotidiana de las gentes. Desde la certeza, claro está, de que puede rescatarse allí una riqueza sobre el mundo despreciado y minorada por los supuestos hegemónicos acerca de la producción, la posesión y la aplicación del saber.
CIENTIFICIDAD
El redescubrimiento del saber popular, las exigencias de un conocimiento ligado a las personas que configuran su contexto de surgimiento, permite que la literatura de la IAP rehabilite ciertos tópicos confusos sobre la ciencia popular en una curiosa composición de posmodernismo y lyssenkismo.
Ciertos teóricos de la IAP parecen utilizar la orientación antipositivista de la filosofía de la ciencia dominante, para reclamarse de una ciencia alternativa al "monopolio positivista presente (sic), al etnocentrismo de la ciencia occidental y a la tecnología de destrucción" (Fals Borda, 1991: 197).
De ahí se ha inferido que cada ciencia crea su mundo y sus métodos de validación, con lo cual una ciencia orientada por un interés emancipatorio podría disponer de estructuras de conocimiento y de formas de verdad distintas e incompatibles a las de la ciencia positivista (Fals Borda, 1991: 13).
La IAP necesita de la objetividad para que sus apuestas de transformación moral de la realidad correspondan a tendencias y potencialidades reales de un momento histórico determinado. Cuantos más controles ayuden a evitar la deformación del acercamiento pluridimensional de los interesados a su propia realidad, tanto mejor para ellos y para sus proyectos emancipatorios.
 La IAP no debe pretender ser una "nueva ciencia social", ni presumir de aportar un presuntuoso conocimiento alternativo, aunque la selección de sus "objetos" (las causas de la opresión) y la actividad de éstos (gobierno del saber por los propios interesados y productores del mismo), tenga poco que ver con lo que sucede en los laboratorios científicos o los gabinetes de investigación social dirigidos por el Estado o el Capital. La relación entre el "sujeto" y los "objetos" es tan diferente en el ámbito de la IAP porque el suyo es el ideal de la praxis y no el de la episteme, es decir, no el del control de una realidad fijada por relaciones causa-efecto, sino el de la organización moral de una realidad para la que no hay más reglas que el diálogo prudente entre seres humanos libres (Habermas, 1991: 50-86).
 Tal es el imprescindible objetivo asintótico de toda actividad humana que, cuando se quiere emancipatoria, pasa a descansar más sobre la filosofía moral y política que sobre sobre una epistemología, sin la que, sin embargo, sería una simple rabieta sin base alguna.

Aspectos metodológicos

En este sentido, el esquema metodológico o modo de organizar la investigación por el que se guían tales perspectivas -generalmente lineal, más o menos rígidamente pero muy estructurado, diseñado desde arriba por los expertos- no puede ser válido para producir un tipo de conocimiento que persigue ser crítico, reflexivo, colectivo, participado, emancipador. Pero aún más, la IAP no termina en la producción de conocimientos, sino que pretende actuar frente a las realidades sociales, transformandolas desde el protagonismo de los actores: "no es una preocupación principal la obtención de datos o la constatación de hechos de manera única y excluyente... Lo prioritario es la dialéctica que se establece en los agentes sociales, entre unos y otros, es decir la interacción continua entre reflexión y acción, ... una visión pragmática del mundo social, donde lo fundamental es el diálogo constante con la realidad para intervenir en su transformación" (Guerra, 1995).
Así pues, el hilo conductor de la IAP debe plantearse como un proceso cíclico de reflexión-acción-reflexión, en el que se reestructura la relación entre conocer y hacer , entre sujeto y objeto de manera que se vaya configurando y consolidando con cada paso la capacidad de autogestión de los implicados.
Bajo esta perspectiva es imposible e inconveniente crear un modelo o esquema metodológico cerrado, a modo de recetario, que nos vaya marcando el paso de lo que debemos hacer en cada momento. Más bien debemos plantear algunos criterios que nos hagan avanzar en la creación de "un contexto investigativo más abierto y procesual de modo que los propios resultados de la investigación se reintroduzcan en el mismo proceso para profundizar en la misma" (Villasante, 1994 ).

Conclusión

El estudio de este valioso tema, nos permite realizar una breve conclusión acerca de lo que es la Investigación Acción Participativa, y sus características más importantes, de las cuáles expondremos una breve síntesis del tema a continuación:
  • El Método Investigación-Acción Participativa, es un método de estudio y acción de tipo cualitativo,
  • Su principal objetivo es buscar de obtener resultados fiables y útiles para mejorar situaciones colectivas,
  • Está basado en la investigación y en la participación de los propios colectivos.
  • Es un enfoque investigativo y una metodología de investigación, aplicada a estudios sobre realidades humanas.
  • No es solo investigación, ni solo investigación participativa,
  • La IAP, por tanto, no rechaza el papel del especialista pero sí plantea el para qué y el para quién de la investigación como primer problema a resolver
  • Se trata de que los grupos de población o colectivos a investigar pasen de ser “objeto” de estudio a “sujeto” protagonista de la investigación,
  • Como metodología hace referencia a procedimientos específicos para llevar adelante una investigación - estudio científico diferente a la investigación tradicional.

Bibliografía

http://es.wikipedia.org/wiki/Investigaci%C3%B3n-Acci%C3%B3n_participativa
http://www.monografias.com/trabajos32/investigacion-accion-participativa-ejercicio-ciudadania/investigacion-accion-participativa-ejercicio-ciudadania.shtml
http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/I/invest_accionparticipativa.htm
www.ucm.es/info/.../invest_accionparticipativa.htm

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